sábado, 24 de febrero de 2018

MARSELLA (VIII): LOS TABLEROS (2ª parte)

Continuamos esta lectura de tablero para nuestro Rey de Espadas (ver 1ª parte); esta vez vamos desplazándonos por líneas horizontales en esta historia, pero sin olvidar la parte del relato que ya llevamos, sino más bien añadiendo capas de información y desenvolvimiento del guión...


Siempre es valioso mirar el tablero a vista de pájaro, pues frecuentemente se configuran patrones por ubicación que nos susurran detalles relevantes. Aquí por ejemplo, a cada personaje le pertenece una línea horizontal, y entre ellos queda otra línea que define la situación y desenlace que traerá la Sota de Espadas. Empecemos por la Reina. Ella, espada alzada, como todos los integrantes del relato, pero girada hacia el pasado, mirando de frente a un conflicto estanco, quieto, tenso y frío. Parece edificar un muro de protección en torno a ella, dejando fuera un pasado que retorna sin embargo (9 bastos, Luna, 7 oros). La Luna nos trae a los personajes en su forma ancestral, primaria, venerando a Diana y recibiendo el rocío. Es como un imán, la magia de los saberes ocultos, de la conexión ancestral que queda atrapada en la memoria, y que se convierte en pulsión de vida y acciones que brotan de las aguas más hondas. El Sol y La Luna son arcanos de máxima relevancia en el mazo, dos caras de la misma moneda, alegorías hermanas que aluden a las dos áreas del ser más determinantes. La forma humana, explícita, que identificamos clara como la luz del sol, y la forma instintiva, de poder oculto, que nos mueve y no identificamos hasta después de la acción que generó. La voz que oímos y la voz que nos mueve. Esta Luna produce oro, recursos y producciones concretas que vemos en el 7 de oros. Este naipe siempre se me asemeja a una mano introduciendo monedas en una hucha. Entonces concluimos que ella, aunque forma parte del conflicto y guerra igual que él, no ejecuta combate activo, sino que se encierra y trabaja generando obras y recursos de valor inabarcable. Imagino que esto, en materia de profesores competidores no ayuda a la armonía, pero además la Luna nos marca una intensa pulsión subyacente que nos hace pensar en ellos ya de otro modo, ¿verdad?.

Examinemos la línea horizontal de él. Él está más proactivo, mira hacia delante, como deseando impulsar la Rueda del cambio, la Rueda del ascenso, ¿quizá?. Aunque como todos bien sabemos, el rey que culmina en lo alto de la Rueda, cae a continuación en el girar del cambio. La Rueda de la Fortuna es la caprichosa, no lo debemos olvidar. Y ya dijimos en la lectura vertical que ambos están conectados a la Rueda, ambos en proceso de cambio. Sin embargo y por proximidad, él busca más generar estos cambios, él los provoca. A continuación el Papa nos dice que él está más enfocado a la enseñanza aplicada, al verbo trasladado, se focaliza directamente en los alumnos. Comparando el Papa con la Luna, vemos que él está más dirigido a los alumnos en forma directa y verbal, y que ella pudiera estar más enfocada a la escritura o producción de obras. (Esto generó otra pregunta, que fue confirmada por el consultante, el está más entregado a la enseñanza directa). Y el antagonismo simbólico entre los dos últimos naipes de la línea del Rey, nos hablan por igual de sus motores y acciones. Tiene esta ambivalencia entre irritación - conflicto y armonía - sentimientos. Las emociones positivas parecen pertenecerle más a él que a ella, pues en la línea de ella no hay copas. Esta inestabilidad que marca su línea (Rueda, espadas y copas), quizá también explique por qué él está en la parte inferior del tablero, y por qué es él quien se acerca a las cartas a buscar iluminación. 

Y por último, en este segundo barrido al tablero, nos centramos en la línea horizontal central. Esa que abre la soberana Justicia. La Justicia que es la dueña y madre de las espadas de nuestros protagonistas, la Justicia que corta con su filo todo velo de falsedad o desequilibrio, la que discierne, y está al servicio de la verdad y de la equidad. Justicia + dos monedas de oro enlazadas + muchas copas de celebración, sentimientos, alegría y felicidad, + la bella Estrella. La vespertina Venus que nos trae los buenos augurios, las señales de lo bueno que está por venir. La que avisa de que los deseos vale la pena perseguirlos porque son posibles, en un futuro. Y ella, la más bella, se topa con un personajillo también guerrero, también pinchante que mira todo el cuadro desde lejos, marcando el desenlace. Observad cómo esas 3 cartas centrales de todo el tablero resaltan, con el bello 9 de copas al centro... 2 de oros, 9 de copas, La Estrella... (Pregunta al consultante: ¿habéis tenido una relación?; Respuesta: sí, fuimos amantes en el pasado. jajaja, sino estuviera empeñada en que el artículo me quedara poético, soltaba un refrán castellano!!). Entonces, estos dos, además de trabajar juntos, se amaron, y la Justicia y la Sota de Espadas, son clave en esta trama, tanto a pasado como a futuro.

Por supuesto, este drama Shakespeareano no ha hecho más que empezar, y mucho más le sacaremos a este tablero, pero mi empeño es desmenuzar la lectura de Tarot, y eso ha de ser "despacito" :)
Continuará...

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